El blog de M. A. N.,
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Artículos anteriores: Los dominios de internet se amplían “cercando” el campo.

La historia española en internet.
Para analizar los dominios .es y com.es debemos primero situarnos en su genésis. A diferencia de otros países hispanohablantes el desarrollo en España de internet fue tardío a nivel popular. Un ejemplo de esta afirmación se halla en su número de registro de dominios, que superaba en 2002 apenas los 43.000 nombres (actualmente supera el 1.700.000 dominios).

Las prohibiciones en la legislación, que no permitió a particulares registrar dominios bajo la terminación .es hasta mediada  esa década (entre otras normas), hizo que los particulares sólo pudieran registrar los dominios con denominación .com.es .  Aquí se presenta la paradoja que mientras los más interesantes dominios genéricos  .com.es poseen mayor antigüedad que los .es, su valor es menor, por lo que no siempre se cumple la regla donde una mayor antigüedad de un nombre de dominio representa un mayor valor económico, aún vinculándolos inclusive a un mismo país.

Es vox populi que un dominio .com.es siempre tendrá un valor de reventa inferior al de un dominio .es y que las empresas o particulares interesados en la compra de dominios siempre preguntarán por el valor del dominio .es en el que se hayan interesado y no por un dominio .com.es (salvo que posean una estrategia irracional a las pautas del mercado…).

Los dominios .es suelen interesar (más allá del escaso mercado local de compra de dominios que desea invertir cantidades “justas” para su adquisición) a empresas internacionales porque son una posibilidad de entrada o mayor inserción al mercado europeo, así como es una referencia destacada también para el mercado hispanohablante, sumado al  reconocimiento turístico internacional del país y  sus productos (todo ésto dando por sentado que cuentan a su vez con el beneficio de entrar a un plaza con cerca de 34.000.000 de usuarios).

Pese a ello, considero que los dominios .es y .com.es no ocupan el lugar estratégico que tienen asignados como referencia idiomática e histórica, debido a la falta de inversión y créditos bancarios para el desarrollo de los mismos.

No se valora el potencial de los dominios, de ahí las escasas ventas de nombres de dominios y los precios irrisorios de los mismos (a mi entender sumamente bajos, no me sirve analizar dos datos de ventas porque no se trata de algo coyuntural).

Adquirir terminaciones españolas (.es y .com.es) con nombres relevantes son una buena inversión considerando que estamos mencionando  dominios que poseen años en el mercado y  evidencian una salud notoria que se ejemplifica en su aumento constante en el número de registro de dominios.

España es un mercado estratégico a nivel mundial y cuando una empresa internacional se dedica a adquirir un nombre genérico (de calidad, en idioma inglés) para abarcar la mayor cuota de mercado en el menor tiempo posible apunta a las terminaciones territoriales de 15 países entre los cuales casi inevitablemente se incluye España.

Internet puede servir para chatear, jugar o hacer negocios, al igual que se puede utilizar el escaparate en una avenida de un local céntrico como portería para jugar un partido de futbol improvisado. Depende lo que nos dicte nuestra razón. Debería valer más un buen dominio .es que un local en una zona marginal y conflictiva donde la rentabilidad será menor, es sentido común, aunque casi nunca se aplique, lo que debería hacernos replantear el concepto: ¿Qué es el sentido común?....